Aproximación a Doroteo Arnáiz… (Parte II)
Aproximación a Doroteo Arnáiz… (Parte II)
(leer Parte I, Doroteo Arnáiz, el Hobre que observa, el artista que trabaja)
Me retrotraigo a la primera vez que vi ante mí gran parte de lo expuesto ahora (32 obras seleccionadas entre el artista y Emilio, de unas 300 obras catalogadas en total…) y recuerdo que me quedé anonada, primero con la manera negra de sus Orquídeas, en sus diferentes estados y cómo las iba sacando de la luz hacia la oscuridad…! Sí, precisamente lo contrario de la imagen preconcebida sobre el artista (sacar a la luz las imágenes cual Miguel Ángel, liberando los volúmenes y cuerpos de la piedra…).
(Estados I, II, III y IV de Orquídea Kabuki. Manera negra y punta seca. 1991. Doroteo Arnáiz)
Doroteo, al revés, introduce en estupendas sombras la luz de sus personajes, para presentarlos a escena; pero esto sólo en su producción de manera negra y punta seca…sobre la que Emilio Fernández me cuenta:
Considero que Doroteo encuentra en la manera negra la técnica ideal para traducir visualmente la filosofía Zen que sigue y vive desde que entró en contacto con ella a finales de la década de los 60 en París. No creo que haya otra técnica que permita una simbiosis más lograda entre forma y fondo, para plasmar visualmente el concepto Zen que el autor tiene tan interiorizado. El equilibrio y la tensión entre luces y sombras, entre negro y color, entre lleno y vacío, que tan certeramente están presentes en estos grabados de Arnáiz, son la expresión máxima de la filosofía que le impulsa a crear. (seguir su explicación aquí [1] ).
Y el mismo Doroteo, al preguntarle qué le atrae de esta técnica, me dice:
Fue un autodesafío en dos partes, la primera dominar la técnica de forma ortodoxa, la segunda desarrollar otra posibilidad más libre y personal no abordada hasta ese momento. Ese núcleo de obras lo presenté en varias exposiciones con el título de “Opus nigrum”.
…Interesante lo que me explica, porque, literalmente, el título que eligió la primera vez que trabajó en esas producciones “a la manera negra” se refiere a “obras en negro”, pero me asalta a la cabeza la magna novela de Marguerit Youcernal, y su personaje Zenón, el alquimista que buscaba la Gran Obra, donde opus nigrum significaba, según los tratados alquímicos, la fase de separación y disolución de la sustancia, la fase más difícil de esa Gran Obra… Muy revelador…, creo.
Las Orquídeas, la Strelitzia, los Cardos o sus fases de estampado en Ogi y Kumade[2] (ya los nombres de las obras, plantas de exótica belleza o utensilios rituales, nos atraen a un estado especial) son trabajos de una hermosura arrebatadora (y de un tamaño, algunas de ellas, considerable además) que me impactaron desde el primer momento…, pero cuando aparece un Caballero de la mano en el pecho sobre fondo anaranjado óxido, y otro similar, sobre fondo amarillo, taqueado de pequeños hombres sentados de perfil…y, más adelante, descubro a ese mismo personaje sentado, en grande, ocupándolo todo…, ahí, sobre un fondo negro y amarilla superficie, de una fuerza arrolladora…me quedo boquiabierta…
(Otra espera, Greco, Permutable III y Caída de símbolos IV; años 70, aguafuerte y aguatinta.)
Impactantes! Las tintas planas recorridas por mis dilatadas pupilas se intercalaban de imágenes reconocibles…, Rembrandt…Vermeer?…, Goya!…, no voy a describiros todo (tendréis que ir a verlo o pinchar el enlace a la web de Acanto)…
(Ivan el terrible, Las estrellas y Cíclope; años 1961. aguafuerte)
Decididamente, hay un buen muestrario de lo que Doroteo es capaz de percibir y exteriorizar…, con diversos estados de Arnáiz a conocer: el de las mezzotintas y punta seca de los 90, obras desde un posicionamiento Zen (claramente) con la recreación de los sentidos; el de los inicios (años 60), también muy interesante, de una marcada tendencia expresionista, unas veces más figurativa y otras más abstracta, de rotundas formas y sencillos (quizás) mensajes, como Iván el terrible, el Cíclope o Las estrellas…., y el más pop (década de los 70), donde el color lo invade todo, pudiendo llamarlo incluso… expresionismo pop, y donde homenajea a sus referentes los grandes pintores clásicos, los Maestros por excelencia…, los que nos siguen enseñando Todo (aun más ahora que en sus propias épocas).
Es la estética pop, de la que hablaba más arriba, donde trabaja principalmente con aguafuerte y aguatinta (técnicas también “clásicas” por antonomasia, ilustres y de pura tradición de la estampa) y es donde construye a uno de los Personajes principales de sus escenografías posibles, ¿quizás su alter ego?: el hombre sentado de Otra espera…, en el que presentimos al Artista… que observa…
Lucien Curzi[3] describe así a este Hombre del perfil sedente:
” (…) El personaje en reposo: dibujado, pintado, grabado. Ni ostentación de elocuencia, ni pretensiones, ni arrogancia. Está hecho de lo que observa. Asiste desarmado a un espectáculo sin origen ni fin. (…) De esta manera, el arte del hombre sentado nació de una incoercible disposición a meditar. Y se acompaña de ironía cruda y mordaz. Mirar en otra parte es también un modo de civismo, una manera de alejarse para comprender mejor, en aparente indiferencia. (…) “
(fragmentos seleccionado para la exposición)
…Y bien,como este hombre que espera (imagen insignia de la exposición, y que en principio identifiqué con un Hitchcock, por mi eterna atracción hacia el cine y el cómic), yo contemplo y espero a Arnáiz a mi vez,…y encuentro a un exquisito grabador de imágenes, un experto de las técnicas de estampar ideas, pero además…, a un comunicador. No puedo dejar de lado esta sensación…, sus obras me cuentan pequeñas historias…me hablan,…de distinta forma (estética, técnica y contenidos), pero lo hacen.
…Continuo en siguiente post, Parte III…
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